Ley de Bases y RIGI: ¿puede ser el fin de los sindicatos?

  • 2024-08-19 17:45:03

Por * Facundo Aveiro-secretario general del personal de industrias químicas y petroquímicas de la ciudad de Buenos Aires.

Hoy en día, el sindicalismo en Argentina se percibe como un movimiento herido de muerte, asfixiado por los constantes embates del gobierno.

Se observa un sindicalismo debilitado, al que la gestión gubernamental y las políticas actuales atacan, mientras que los nuevos trabajadores, especialmente los jóvenes, son posicionados en contra de la dirigencia gremial en todos sus niveles, desde delegados hasta comisiones directivas. Las redes sociales, dominadas por un ejército juvenil que milita las ideas de "La Libertad Avanza", han sido un vehículo clave para esta estrategia.

Parte de la responsabilidad recae también en el propio movimiento obrero, que hasta el día de hoy no ha logrado renovar la conducción de la Confederación General del Trabajo CGT, dándole un nuevo impulso y visión. Esto es crucial para recuperar la confianza de los millones de trabajadores, especialmente los jóvenes, que en su mayoría en la actualidad se inclinan más hacia ideas liberales libertarias que hacia las propuestas de los referentes mediáticos de la CGT

La CGT Nacional parece incapaz de hacer frente tanto al Ejecutivo como a los más de 28 proyectos presentados por el PRO y la UCR que buscan atacar a las organizaciones sindicales y, en el fondo, a los derechos laborales que estas garantizan. Derechos que han sido conquistados a lo largo de décadas de lucha, por los cuales muchos trabajadores, como Felipe Vallese, entregaron su vida. Vallese, militante sindical y miembro de la Juventud Peronista, fue uno de los primeros desaparecidos en la historia argentina contemporánea, convirtiéndose en un símbolo de la lucha por los derechos de los trabajadores y la resistencia peronista.

La CGT se alejó de su esencia
Hoy, la mayoría de los trabajadores jóvenes cree que la central obrera es de izquierda y/o empresarial; muchos asocian esto con el peronismo, aunque no tiene nada que ver. Este es el resultado de encuestas recientes. Al alinearse con ideas más vinculadas a las minorías, yendo incluso en contra de lo que demandan las masas obreras, la CGT ha provocado un alejamiento de los trabajadores. Muchos critican a un Perón que nunca existió, y ahí es donde el sindicalismo argentino necesita una profunda autocrítica para volver a sus raíces y reconectar con los trabajadores que hoy la ven como una organización sectaria y excluyente

Los trabajadores sienten que la CGT no aborda los problemas reales que enfrentan, y la ven más preocupada por una lucha ideológica que por mejorar sus condiciones de vida. Esto se refleja en los reclamos que surgen cuando la CGT, habiendo sido aliada del gobierno anterior, no impuso con la misma fuerza temas que ahora pretende reivindicar, como el impuesto a las ganancias. Los trabajadores se preguntan: ¿por qué ahora reclaman todo junto, pero no lo hicieron con la misma vehemencia cuando estaba Alberto y contaban con el supuesto apoyo?
Este distanciamiento entre la CGT y los trabajadores ha facilitado el avance del gobierno sobre las organizaciones sindicales, pero en el fondo sobre los derechos laborales. El gobierno ha sabido aprovechar esta desconexión, y sin un dirigente capaz de liderar los debates que la sociedad espera, los trabajadores seguirán alejados. Cualquier movilización carecerá de la fuerza necesaria y hasta podría volverse en contra. Esto explica cómo la corriente libertaria ha avanzado en áreas que durante más de tres décadas nadie pudo tocar, como la reforma laboral incluida en la Ley de Bases, y ahora la reforma sindical, que busca renegociar los convenios colectivos, reduciendo derechos laborales.

La Libertad Avanza y su reforma laboral y sindical: ¿socios involuntarios del caos?
Después de avanzar con la Ley Bases y la reforma laboral, ahora buscan la reforma sindical, con la intención de "dinamizar" las convenciones colectivas y "democratizar" las organizaciones sindicales. Sin embargo, esta supuesta libertad sindical sólo sumirá las negociaciones colectivas en un caos, generando miles de nuevas convenciones colectivas que suenan utópicas. Si la Secretaria de Trabajo ya tiene dificultades para homologar paritarias, menos podrá homologar miles de convenios colectivos en tiempo y forma, dejando a millones de trabajadores sin un marco convencional adecuado. Esto resultará en negociaciones colectivas altamente condicionadas y fragmentadas.

Aunque el panorama parece desalentador para el movimiento obrero, este podría resurgir con la Ley Bases, la reforma laboral y una posible reforma sindical. La sociedad sigue considerando al sindicalismo como "necesario", y frente a la precarización laboral, los jóvenes trabajadores podrían recurrir al movimiento obrero para defender sus derechos. Sin embargo, para que esto ocurra, es crucial que la CGT y el sindicalismo argentino vuelvan a sus raíces, fortaleciendo su conexión con los trabajadores.
Desmantelar los sindicatos no ha beneficiado a los trabajadores en ninguna parte del mundo, ya que sin sindicatos no existen buenas condiciones laborales ni salarios justos.
Los votantes liberales y libertarios deben comprender que fragmentar el modelo sindical solo traerá ineficiencia y perjudicará tanto a trabajadores como a empresas.

* Facundo Aveiro-secretario general del personal de industrias químicas y petroquímicas de C.A.B.A y Buenos Aires