Horizonte Político

El presidente construye su futuro político con los Menem, que fueron fuertes con el peronismo de aliado, pero que hoy sin ese agregado suma voluntades un poco oscuras
Por Alejandro Mansilla

A veces noto que la política argentina es como un partido de fútbol 5 de la categoría 2016 de cualquier club de barrio del conurbano bonaerense, donde los chicos van detrás de la pelota si ésta va hacia la izquierda o hacia la derecha, sin ninguna formación táctica. Cierto es que cuando esos chicos crecen, y poseen formación futbolística, comienzan a comprender mejor el juego y logran desarrollarse física y mentalmente.
Hoy la República Argentina carece de una dirección técnica que nos lleve a conseguir grandes logros. Ya no tenemos entrenadores como Juan Manuel de Rosas, Bartolomé Mitre, Julio Argentino Roca, Hipólito Yrigoyen, o Juan Domingo Perón. Sólo quedan sus fantasmas, que andan revoloteando por el éter y se retuercen de escozor cuando muchos políticos salidos del berretismo sistémico existente hablan de ellos con un hiperbolismo acuciante, pero no han puesto en práctica ninguna de las acciones gubernativas que llevaron a la Argentina a ser grande como San Martín soñó.


Cristina Fernández de Kirchner es hoy la principal opositora del gobierno de Javier Milei. El peronismo no ha sabido organizar cuadros dirigenciales con materia gris que permitiera generar una cantera con valor agregado y de allí debatir ampliamente todos los aspectos de la ciencia y la filosofía política, incluida la economía, dónde el líder libertario es fuerte con sus argumentos de libre mercado con cero percepción social, y que hasta el momento le está dando resultados positivos en su balance de gobierno.
La falta de caudillos en el movimiento hace que Cristina sea "la jefa" absoluta del Partido Justicialista, tal así que hoy tiene un parentesco con el Partido Comunista de Corea del Norte, ya que la dinastía familiar de Kim Il Sung gobierna desde la finalización de la guerra en 1953, dónde chocaron los capitalistas y los socialistas por la toma territorial de esta zona estratégica del continente asiático. Hago el parecido a esto, ya que Kim Il Sung dejó a su hijo Kim Jong Il al frente del Comunismo Norcoreano, y éste luego le pasó la posta a Kim Il, un nieto del patriarca.
Pareciera ser que Cristina Fernández de Kirchner pretende dejarle la conducción del partido a su hijo Máximo, bajo la mirada de miles de dirigentes y millones de afiliados que hacen la vista gorda y aplauden dicha decisión como si fuera algo enriquecedor para la democracia autóctona, la cual viene dando signos de autoritarismos partidarios en todas las fuerzas políticas relevantes.
Sin ir muy lejos, el presidente Javier Milei bendijo a su hermana Karina como conductora de La Libertad Avanza (LLA) sin pasar por la aprobación de los libertarios. Dicho sea de paso, aquellos pibes que llevaron a Milei en la posición que se encuentra hoy, no tienen ninguna injerencia en el Gobierno y no ocupan ningún Ministerio.
Con Mauricio Macri pasa lo mismo. Hoy es el jefe del PRO a nivel nacional, y su primo Jorge Macri, por medio de Soledad Martínez, Intendenta de Vicente López, maneja el destino partidario en la Provincia de Buenos Aires. Además, el propio Jorge tiene la plenitud conductiva de los amarillos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La Izquierda Trotskista sumó muchos jóvenes en los últimos años, pero la inoculación ideológica ya pasada de época y sin adaptación a los nuevos tiempos hizo que aplicaran las mismas mañas que el Kirchnerismo con el manejo de los programas sociales, derivando en que delegados del espacio se enriquecieran vilmente a costa del sufrimiento de los pobres. Por esas maniobras se encuentran en la Justicia miles de denuncias de extorsiones y malversaciones de fondos públicos.
Tengo en mi memoria aquella unión del Radicalismo con el FREPASO en 1996, en el domicilio del ex Canciller Dante Caputo, encontrándose Alfonsín, Terragno, Chacho Álvarez y Graciela Fernández Meijide para ultimar los detalles de la tan famosa y trágica "ALIANZA", y cuya premisa era la palabra "cambio" para derrotar al Gobierno de Menem y al de Duhalde.
Ciertamente, ese cambio fue solo palabrerías o chamuyos si lo decimos en lunfardo. Fue un globo de ensayo que salió fallado, destruyendo los cimientos mismos de la institucionalidad nacional, y haciendo retornar al Justicialismo al poder el 2 de enero de 2002, derivando a continuación en el Kirchnerismo, quienes instauraron diversas políticas de estado e hicieron que la Argentina fuera destruida como la Ciudad de Alepo (Siria), pero sin la cruenta Guerra Civil que hace 13 años azota esa región de Medio Oriente.
Hoy Milei habla de "cambio de época" pero con los mismos actores que implementaron la economía social de mercado en los 90. El presidente construye su futuro político con los Menem, que fueron fuertes con el peronismo de aliado, pero que hoy sin ese agregado suma voluntades un poco oscuras. Algo similar ocurrió en 2011, cuando Alberto Rodríguez Saá (candidato a presidente) postuló como candidato a Intendente de General San Martín a Miguel "Mameluco" Villalba, uno de los jefes narcos más poderosos del norte del conurbano bonaerense.
Dentro de La Libertad Avanza en Buenos Aires existen algunos nombres que tienen similitud con Mameluco Villalba, y que son coordinadores seccionales y municipales, demostrando que esto no es la buena política, sino que sigue siendo la misma de siempre. ¿Así se dará la batalla cultural para que Argentina vuelva a ser potencia mundial? Criii... criii...criii.