¿Por qué la TV nos ignora?

  • 2011-08-17 21:10:49

Por Any Ventura.

Nunca como ahora las mujeres hemos logrado un lugar interesante en la sociedad. Muchas han llegado a cumbres insospechadas sin necesidad de un hombre que las patrocine. Nunca como ahora, la independencia espiritual y económica coincidieron tanto. Nunca como ahora, médicas, políticas, empresarias, empleadas, sindicalistas han logrado estar donde están por sus propios méritos y esfuerzos. Las dirigentes sociales por el apoyo sistemático de la gente y por su contracción al trabajo. Otras por la justeza de sus objetivos. Porque todas supieron desmentir la idea tradicional de que no saben moverse fuera de la casa. En cada uno de los lugares de poder se puede descubrir fácilmente a una mujer. La sociedad parece aceptar sin retaceos este ascenso. Sin ese famoso "techo de cristal" del que se hablaba un siglo atrás. Y nunca como ahora los varones nos han considerado sus pares.



Ahora bien: ¿por qué si esto es así, la televisión no lo refleja? ¿No puede o no quiere? Si la televisión es una ventana por donde uno puede mirar a una sociedad, esta ventana permanece polarizada en cuanto a este avance femenino. Y si es un espejo, resulta deformante de esta realidad social.



Nunca como ahora, médicas, políticas, empresarias, empleadas, sindicalistas han logrado estar donde están por sus propios méritos y esfuerzos



Nuestra televisión insiste en mostrar en todas sus facetas a mujeres de todas las edades en su carácter de "disponibles" para la mirada masculina. Y no sólo la mirada: se habla de botineras, raqueteras, en fin todos los adjetivos con los que se califica a las que viven de. y que se presentan en televisión para lograr ser capturadas por un varón que oficie de príncipe azul de la Bella Durmiente, que viene a despabilarlas de un largo sueño. Hoy ofician de "príncipes" empresarios, deportistas, financistas, herederos. Todo aquel que pueda dar fe de un mínimo patrimonio. En realidad casi cualquier hombre que cubra las necesidades más insatisfechas que básicas de estas mujeres. Y ellas deberán satisfacer las fantasías del personaje en cuestión.



Así se discutía si Karina Jelinek se había casado con un poderoso-poderoso o un poderoso de ficción. Y mostró autos, fiestas, departamentos viajes, aviones particulares para confirmar que finalmente había logrado salvarse gracias a este matrimonio. Hay infinidad de ejemplos de rubias rubísimas, morochas, castañas, naturales o artificiales que van en este sentido.



Es más, mujeres de edades diferentes logran su minuto de gloria al confesar sus amores con señores poderosos. Sin embargo, parecen mujeres que han podido pagar cada una de sus cuentas de su propio pecunio. No parece creíble que a las mujeres argentinas las descalifique ser consideradas amantes de un personaje influyente. Al contrario. Por eso, esta catarata de confesiones en los medios locales.



Nuestra televisión insiste en mostrar en todas sus facetas a mujeres de todas las edades en su carácter de "disponibles" para la mirada masculina



Hay un mundo de seudo vedettes, seudo modelos, seudo artistas, seudo bailarinas que son un símbolo poco amoroso de la figura femenina. Porque no parece que la salvación estuviera centrada en encontrar el amor de su vida sino en el dueño de ella.



Es interesante ver cómo la mayoría de los programas de televisión y algunos de radio hacen la apología de estos logros en las mujeres. Es decir "la salvación a través de un casamiento afortunado". Por eso es interesante preguntarse. ¿por qué la televisión no nos refleja? Sobre todo en un momento en que gracias a muchos esfuerzos nosotras mismas podemos hacernos cargo de nuestros propios deseos..