Como lograr que el Parlamento Argentino sea uno de los mas innovadores y productivos del mundo

  • 2018-08-15 16:14:55

Por Agencia Legislativa/
El Licenciado Fabián Torres, que tiene una extensa trayectoria parlamentaria y actualmente se desempeña con la Diputada Nacional Cornelia Schmidt Liermann, comenzó hace 17 años con una idea innovadora para permitir a la sociedad participar en la redacción de las leyes a través de una “plataforma virtual” que organiza los aportes y recrea votaciones “en vivo” como si se tratara del trabajo de una comisión.

Las ventajas de esta plataforma son múltiples: permite una participación real de la sociedad, mejora la calidad de los proyectos al recibir aportes de ONG’s e Instituciones de la sociedad civil donde sea que estén, tiene un carácter federal porque el Congreso se extiende virtualmente y representa un ahorro en términos de tiempo y recursos, entre otras ventajas.

El proyecto de Torres, que comenzó a gestarse por el año 2000 y circula desde entonces por el Congreso nunca se estudió, quizás porque por entonces no existía en nuestro país una conciencia de la importancia de este tema, mientras que en otros países del mundo avanzaban en implementar sistemas similares como en Estados Unidos, Europa e incluso en Brasil, entre otros.

En entrevista con Agencia Legislativa, Fabián Torres explicó la importancia de ‘Legislar Online’, un sistema que podría modernizar el Congreso, ampliar la participación y agilizar su funcionamiento, poniéndolo entre los más modernos del mundo.



– ¿En qué consiste la plataforma que creaste?

– La plataforma Legislar Online es una herramienta que brinda la posibilidad de crear espacios virtuales donde las ONG’s, los Ámbitos Académicos y las Instituciones Científicas puedan participar a distancia de la actividad legislativa realizando aportes para la redacción de leyes. Mediante esta herramienta estos actores pueden formar parte del debate y realizar propuestas en carácter de asesoramiento, lo que les permite a los Legisladores nutrirse de asesores ultra especializados y, a su vez, obtener potenciales normas con un debate y un nivel de maduración mucho más elevado dando por resultado general una mejora en la calidad legislativa.

– ¿Contame un poco más del origen de esta propuesta?

– Legislar Online es en realidad la evolución de un viejo proyecto que se llamó “Sistema de Consenso Ciudadano”, a partir del cual se me ocurrió crear una herramienta para que la gente presentara proyectos; y eso funcionó por un tiempo, incluso fue declarado de “interés parlamentario” (EXP-DIP : 4570-D-01). También se presentó una propuesta para integrar las funciones de la Cámara (EXP-DIP : 4571-D-01) pero que no se concretó por los problemas institucionales que hubo en esa época…

– ¿Hablamos de la crisis del 2001?

– Así es. Ahora siento que tengo que retomarlo; es el momento histórico para hacerlo, porque se está empezando a utilizar en el mundo. Hoy existen un montón de experiencias interesantes… por ejemplo en España, donde hay muchas alcaldías que están implementando la participación de la ciudadanía. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lo ha copiado y está intentando implementarlo. Hay algunos municipios del interior que también lo están haciendo, muy pocos, pero hay pruebas piloto. En Estados Unidos existe el sistema Madison; en Brasil hay otro sistema que es muy robusto llamado Wikilegis donde básicamente lo que se trata es de transparentar el trabajo político de cara a la ciudadanía y de recoger las inquietudes de la gente para incorporarlas al Poder Legislativo.

En mi caso, mi objetivo es hacer un aporte que permita sentar las bases para que el Congreso, pueda tener un área donde se desarrolle este tipo de implementación y genere “espacios virtuales” donde articule con los ámbitos de conocimiento y los Diputados se puedan beneficiar de tener un asesoramiento mucho más preciso, mucho más especializado que el que hoy pueden aspirar a tener. Para tal fin hice primero un desarrollo tecnológico y ahora lo estoy validando con una rigurosa investigación científica, en el marco de un trabajo de Tesis Doctoral en la Universidad del Salvador.

En otro orden, creo que la mayoría de los intentos por hacer que la ciudadanía se integre al Poder Legislativo pecan de no ser realistas. A veces se sobrestima el poder de la herramienta informática y otras, se parte de la creencia que la gente se sumará masivamente a la posibilidad de participar y luego vienen las decepciones.

La mayoría de los estudios científicos dan cuenta de que para que estos sistemas sean exitosos deben considerarse muchos aspectos, como la motivación, la cultura, la formación, las distorsiones que la plataforma puede introducir en la dinámica de la comunicación y la forma de compensarla, etc, etc.

A lo tecnológico hay que sumarle un trabajo diseñado a medida desde el enfoque de la “Psicología Organizacional” y esto debe ser acompañado por fuertes y claros incentivos desde el Poder Legislativo.

– ¿Esto cómo se articula con el trabajo de los asesores legislativos?

– Los asesores legislativos se verán inmensamente beneficiados por este sistema. Hoy ellos cargan sobre sí, toda la responsabilidad de asistir al legislador en su tarea viéndose muy exigidos y a veces sobrepasados por las demandas.

En cambio con este sistema los asesores podrán armar comunidades de trabajo con instituciones de la sociedad y serán moderadores de las mismas, coordinando la producción de textos, informes, asesoramiento especializado, para concluir en normas legislativas de alta calidad realizadas en un tiempo record, con la participación de mas actores de la sociedad.

Podrán armar grupos de trabajo que tengan en cuenta todos los intereses sumando actores de diferentes áreas.

– Que costos podría ahorrarse el Congreso…?

– Pensemos que si el Congreso tuviese que pagarle a las decenas de miles de profesionales especializados eso tendría un costo multimillonario. Con este sistema se podría seguir trabajando con los asesores actuales, que con esta herramienta, podrían oficiar además de coordinadores de los asesores externos.

Naturalmente, se tendrían que implementar políticas tendientes a brindar incentivos a los actores externos, como dejar constancia escrita de sus aportes, brindar certificados, reconocimientos en forma de premios, otorgar puntaje en caso de docentes o investigadores, exenciones para las instituciones o preferencia de acceso a ciertos beneficios, etc. Con esta mecánica de trabajo tendríamos un “Congreso extendido”.

– ¿Este “Congreso extendido” podría llegar a avasallar la competencia de las Legislaturas Provinciales?

– De ninguna manera, el Congreso Nacional solo aumentará su base de sustentación en lo referente al trabajo legislativo. Las Legislaturas Provinciales y los Consejos Deliberantes también podrán beneficiarse de esta tecnología y mecánica de trabajo, manteniéndose el equilibrio entre los distintos ámbitos y aumentando la participación y el protagonismo de los actores institucionales participantes.

– Estamos hablando de un sistema que tiene un carácter federal, porque le da oportunidad de participar a muchas entidades que hoy tienen que acercarse a la Capital Federal para participar, o que el legislador vaya para allá o envíe a un asesor o arreglen vía telefónica…

– Hasta el día de hoy nosotros trabajamos fundamentalmente con reuniones presenciales y hay poca disponibilidad de horarios y espacios físicos, por lo cual a veces deben ser postergadas. Además, los lugares no alcanzan para todos y queda gente fuera. Si nosotros incrementáramos el debate con la comunidad mediante “salas virtuales” no habría límites espaciales ni temporales.

– ¿Volviendo al sistema en sí; se permiten hacer modificaciones sobre el texto de un proyecto en tiempo real y según la mayoría de los que participan?

– Sí, es la recreación de la “mecánica parlamentaria” en el ámbito virtual. Y hay otro elemento que no está activo ahora que es el sistema de puntajes. Que el día de mañana lo podremos usar para perfeccionar la dinámica grupal; aquellos usuarios que se preocupan en hacer comentarios, en ver qué piensa el otro y cuando hacen aportes, los hacen integrando la opinión de la mayoría, ésos van a tener un mayor puntaje que un usuario “sistemáticamente oposicionista”. Y ese puntaje va a reflejar la calidad participativa de cada usuario.

Yo me preocupé en armar un sistema que genere consenso; porque uno de los problemas del debate virtual es que si el sistema lo permite se pude dar una guerra por imponer el texto definitivo. Esto se solucionó con un sistema de votación, como lo tuvo en su momento el Sistema de Consenso Ciudadano. Entonces, ¿qué genera esto? genera que todo se soluciona con una votación. Eso se hace para garantizar que lo que le llega al Legislador no es una postura aislada de una Institución Académica o una ONG, si no el consenso del grupo que está participando.

– Como ves la relación actual del Congreso con la tecnología ¿Avanzó?

– Yo creo que avanzó mucho en lo que es la difusión. Hoy la Cámara está dando a conocer más su trabajo, porque ahora posee herramientas que antes no tenía. Por otra parte, creo que hay una deuda pendiente en lo relativo a usar la tecnología para recepcionar inquietudes y para crear ámbitos para mediar con sectores que pueden hacer aportes y en ese sentido viene a insertarse este proyecto.

– Cuánto tiempo y dinero te llevó este proyecto y que dificultades encontraste?

– Las dificultades y desafíos fueron enormes, pero todo pudo comenzar a darse a partir del hecho de integrarme al despacho de la Diputada Cornelia Schmidt Liermann, a donde llegué luego de ofrecerme en varios despachos como asesor. Luego de la primer entrevista, comenté que podía ser un simple asesor o retomar el emprendimiento personal del Sistema de Consenso Ciudadano que había creado 15 años atrás, aggiornándolo a las tecnologías actuales y perfeccionando su funcionamiento con nuevas ideas. De esta manera podría multiplicar mis posibilidades de aportes legislativos.

Allí comenzó una primera etapa de actualizar mis conocimientos a los nuevos lenguajes de programación y plataformas existentes. Luego llegó el momento de armar la infraestructura donde funcionaría todo. En este punto invertí todos mis ahorros: unos 250.000 pesos y sostengo un costo fijo mensual de Internet corporativo, licencias y otros items del orden de los 12.000 pesos por mes.

Una vez que estuvo funcional mi sistema lo extendí a una plataforma, web, windows y android (para celulares).

El siguiente paso fue investigar, instalar y probar las plataformas similares más importantes que se están usando en otros países con éxito. Finalmente vi la necesidad de realizar una investigación científica para dar cuenta de “las complejidades del debate parlamentario en ámbitos virtuales” y emprendí un trabajo de Tesis Doctoral con este propósito.

Uno de los problemas que observo en la implementación de las nuevas tecnologías en el trabajo parlamentario en otros lugares, es que carecen de investigación previa, se trabaja por ensayo y error sin seguir una metodología científica apostando a lograr resultados sin considerar mucho las variables psicológicas, comunicacionales y técnicas.

– En tu Tesis doctoral ¿cómo pensás poner a prueba este sistema?

– Como en todo estudio experimental, resulta de gran importancia “la muestra”, los actores que encarnarán la experiencia de legislar por medio de ámbitos virtuales.

En este punto hay avanzadas gestiones para lograr un acuerdo con una importante Federación de ONG`S, que de concretarse, permitirá que cientos de actores a nivel Nacional puedan canalizar y trabajar sus propuestas Legislativas con relación a una sensible temática de gran interés para los Legisladores y la Sociedad – (“Las Adicciones”).

Esta experiencia, sus resultados y las conclusiones de los estudios realizados, serán parte de un trabajo académico de gran importancia y estos protagonistas estarán haciendo historia al conformar el primer intento de articulación, por medios virtuales, entre la sociedad civil y los Legisladores Nacionales.