¿Aguanta otro dedazo? Al final, las 62 organizaciones peronistas siguen sin normalizarse

  • 2018-12-19 14:54:38

Confusión total es lo que se vive en una organización histórica. El 13 de diciembre un grupo de gremios eligió secretario general al empleado municipal Marcelo Barreiro. Al otro día, los gremios ausentes decidieron armar otra “62”.
OPINIÓN DE LA DIRECTORA

Por Verónica Bustos
Cuando empieza a gestarse un nuevo año electoral, en La Matanza, el movimiento obrero empieza a tener (como casi siempre) sus particulares vaivenes internos.

Y mientras todo parecía circunscribirse a un camino de unidad entre Ernesto Ludueña (comercio) y Mario Ortiz (textiles), titulares de las dos CGT, otra pata empieza a tomar dimensión, y se augura bombas puertas adentro.

En su momento, en líneas escritas en este mismo sitio, se adelantó que la esfera del poder político del distrito tenía su candidato para “las 62”, y era el empleado municipal Marcelo Barreiro (UTA), quien se desempeña como director de Control e Inspección de Transporte Público de La Matanza.

En las últimas horas, la versión tomó fuerza de noticia tras conocerse el encuentro realizado entre dirigentes gremiales y el diputado nacional Fernando Espinoza. Fue entonces que la declamada unidad de los gremios que integran las 62 Organizaciones de La Matanza se hizo trizas.

Los sindicatos que responden a Ludueña proponían a Heraldo Cayuqueo (UOCRA) para la conducción, pero sorpresivamente Mario Ortiz (concejal de Unidad Ciudadana) convocó a un plenario dinamitando el camino de unidad y eligió a sus nuevas autoridades. Con esta movida, más de 50 sindicatos dejaron desairado a Marcelo Barreiro.

¿Tiene respaldo la conducción de las 62?... ¿Hasta dónde el sindicalismo más genuino puede aguantar una intromisión política de esta magnitud?... ¿Tiene Marcelo Barreiro (más allá de su reconocida trayectoria) la idoneidad suficiente como para acceder a tan alto cargo?... ¿Las bases del movimiento obrero más tradicional aceptarán esta intervención sin chistar?...

Las experiencias que tenemos no son buenas con los dedazos. He visto muchos dirigentes perder la dignidad contando con todo el apoyo económico y político. A veces fueron más adustos pero ahí trabajaron con la coherencia de la guardia antigua del Justicialismo más genuino.

La solución puede ser el siempre y peligroso debate interno: ¿Y que se hace luego con los heridos?
Las complicaciones llegan como las inundaciones en cada lluvia…